miércoles, 26 de febrero de 2014

Cómo mandar a la mierda a un productor y no morir en el intento


Hoy me he despertado con una determinación: llamar a un señor productor (muy importante en este país) y mandarlo a la mierda. ¿Por qué no lo he hecho? Muy sencillo: no soy lo suficientemente importante como para permitírmelo. Antes debería hacer una apreciación: hace más de dos años que voy detrás de él, no en plan pesado sino siguiendo sus propios consejos. Llámame, me dice, pues tu función como director es esa: llamarme para que te tenga en cuenta y no me olvide de ti. Me dice que haremos una película, que será la leche... aun no sabe cuándo pero la haremos. Eso dice. Yo, por mi parte, estoy hasta los cojones. Y lo digo así de claro porque no puedo más. Bueno, diréis vosotros, no es para tanto. Esta profesión es así. Y yo os contesto que tenéis razón, pero añado que el productor de marras ha leído un guión cuyos derechos he adquirido con sudor y sangre y jugándome parte de mi hipoteca con una opción de compra que el dichoso señor me impuso antes incluso de leer el manuscrito. Si no, así lo afirmó, imposible tomarse la molestia. Imagínate que me encanta (le ha encantado) y luego no podemos realizarlo. Una putada, claro. Es un gran empresario, sólo le falta el puro en la boca y la chistera para asemejarse a los extraordinarios arquetipos capitalistas de El jueves; la cuestión es que rodé una película hace poco (una película de verdad, con Epic, cincuenta personas de equipo y actores conocidos... siento hablar de esta forma, pero hoy día muchos señores se califican a sí mismos como cineastas cuando ruedan cortos o peliculitas con una 5D, sin permisos, sin pagar a nadie, robando luz, en plan bestia... algo loable si se hace entre amigos que empiezan y que sin duda puede reportar grandes cosas pero no es sino un principio, lo que puede llegar a convertirles en cineastas reales; es decir, profesionales que estrenan en cines y pueden permitirse vivir de ello, como, en este caso, el que aquí maneja el teclado) y le hablé a este señor (el productor) del proyecto. Le prometí varias cosas: que era una buena película, eso ante todo (quizás no lo fuera, pero si lo hubiese creído no la habría rodado... o quizás sí, porque hay que comer), que no nos pasaríamos de presupuesto y que podía confiar en mí a la hora de crear. Naturalmente, el señor productor me dijo que ni hablar, que no podía meterse en nada si no ganaba dinero antes. La taquilla es cruel, me dijo, y antes de empezar a rodar tenemos que ganar mucho dinero, tanto tú como yo.

Estas son las premisas: hay que hacer el negocio antes de empezar. No estoy descubriendo América, pero me duele en el corazón oír tal cantidad de barrabasadas en cada reunión o comida en la que hablo de proyectos e intento venderme para ganarme el pan con la única profesión que conozco. Vivo del cine hace más de veinte años, he pasado por todos los puestos imaginables (desde llevar cafés hasta cargar con focos o buscar una toma en el callejón trasero de una loca en la que rodábamos sin permiso) y me cuesta comprender la falta de pasión que impera en la industria (por llamarla de alguna manera) de este gran (puto) país. Por eso no escribo con mi nombre (llamadme cobarde, si queréis), porque no puedo. No puedo escribir con mi nombre ni mandar a la mierda al productor que, después de leer el guión (dos años después de entregado y con mil llamadas de por medio), me dice que le encanta y que espere. Y yo espero. Y pasa el tiempo. Y él anda metido en dos películas cuyas producciones suman varios millones de euros, algo fantástico, realmente, por lo que me alegro de corazón... y por lo que, igualmente, no debería reírse de mí ni hacerme perder el tiempo. Él vive muy bien, gana mucho dinero a costa de los contribuyentes e inversores que evaden impuestos metiendo su dinero en proyectos condenados al fracasado en taquilla, pero yo no... Yo creo en el CINE, con mayúsculas, y estos señores que manejan la industria, la puta (repito) industria (puto país, puta industria...), tienen unos huevos que se los pisan.

Lo mismo ocurre en el país, en el congreso de los diputados... Hay un señor que nos gobierna, un señor gallego, que se ríe de los españoles en su puta cara. ¿Hacemos algo? No. Porque somos unos vagos, pícaros a todas luces, que queremos que nos den todo hecho y disfrutar. Pero la vida no es así. Yo (el primero) me he dado cuenta de que hay que tragar por huevos siempre que no quiera mojarme. Pero, claro, ¿cómo no vamos a tragar cuando la única oportunidad de comer depende de ellos, de todos esos corruptos que manejan los hilos y ordenan y mandan haciendo y deshaciendo? Como veis, mezclo cine y política caóticamente, aunque no es casualidad. Hay muchas diferencias, evidentemente (no hace falta que recuerde lo que el señor Montoro dijo de nuestro cine y nuestra gente), aunque no creo ir desencaminado cuando hablo de políticas inadecuadas, tanto para el cine como para el país. Aquí todo el mundo quiere llenarse el bolsillo e ignorar la realidad. ¿Que cuál es la realidad del país? Que se va a la mierda. ¿Y la del cine español? Exactamente la misma. Que se va a la puta mierda...

He decidido empezar este blog (me ha costado un cojón de mico descubrir cómo se hacía; sí, soy viejo para estas cosas...) por el mero hecho de contenerme a la hora de llamar al señor productor mencionado al principio del artículo y mandarlo a tomar por el culo con la boca llena. ¿Sabéis por qué? Porque el guión que le mandé y que finalmente conseguí que leyera le ha entusiasmado y aun así no me contesta las llamadas. Recuerdo que un día le dije que no quería molestarle, que si no quería trabajar conmigo no se preocupase, que la vida es así. ¿Creéis que me dio las gracias y se despidió de mí? Ni de coña... Me dijo que podíamos llevar a cabo el proyecto, pero que antes había que sacarle pasta a varios inversores (dos de ellos amigos personales míos a los que le pedí que no molestara) y a la televisión. Hasta ahí estupendo, porque yo tengo que comer, pero (siempre hay un pero, ¿eh?) me he percatado de que me ha cambiado por un señor aun más importante que él (de los más importantes de este país, diría yo, en plan champions league) con el que está coproduciendo una película en cuyo rodaje estuve el otro día y que tiene tela marinera... A diferencia de mí este señor sólo le llamó una vez y le entregó un guión que no ha leído. Lo sé porque él mismo me lo dijo con estas palabras: voy a coproducir una película con Fulano. ¿Y nuestro proyecto?, le pregunté yo. Lo hacemos, me dijo él. Y entonces yo le pregunté qué tal era el guión que le había presentado Fulano. ¿Sabéis qué me contestó? Que no lo había leído. Que no le importaba. Que Fulano era la puta hostia motorizada a nivel de nombre y de medios y que iba a ganar mucho dinero antes de empezar. ¿Sabéis qué me confesó luego? Que leer no le entusiasmaba, que era un coñazo. Y vosotros os preguntaréis cómo es posible que un señor que se dedica a producir películas deteste leer... Bueno, a mí no me viene de nuevo: una vez, estando en una de las distribuidoras más importantes de este país, su director (ya no lo es, se ha retirado) me dijo que a él el cine ni fu ni fa, que lo que le gustaba de verdad era el arte. Como si el cine no lo fuera...

¿Que si estoy resentido? Por supuesto. Yo siento el cine, creo en el talento, en los equipos, en los actores... Amo esta profesión y he tenido la suerte de dedicarme a ella a pesar de la interminable cadena de lameculos y mediocres por la que he tenido que pasar para conseguir llegar a este punto y decir que un gran productor de este país me está dando por saco. Puede que no tenga por qué hacer esto, intentar llegar a otros con mi indignación, pero hay otros proyectos en marcha, mierda para parar un tren, y creo que si no lo escribo y me desahogo reventaré, así que continuaré con esta porquería. Cada puto día me siento indignado por las cosas que veo y oigo de nuestra profesión, y necesito sacarlo, porque estoy convencido que hay mucha gente que está sufriendo como yo y que se sentirá identificada con esto. Y ya está.

4 comentarios:

  1. ¡Hola! ¿Qué tal? Fantástico blog y eso que de momento sólo hay dos entradas. Pero es realmente ilustrativo del panorama cinematrográfico de este (puto) país.

    A colación de lo leído se me ocurre una idea para la producción de la película: el micromecenazgo (o crowdfunding, para quien tenga que buscar por Internet de qué se trata). Ya que tú, Cineasta Indignado, tienes los derechos y la opción de compra del guión. A no ser que la realización de la historia necesite de un presupuesto notablemente potente o de que quieras ganar reputación junto al productor de marras (creo que sé quién es) ¿Por qué no intentas ser tu propio productor? ¿Por qué no pasas de ese cazurro que financia películas?

    ¡Qué gusto da darle en los morros a la gente que pasa de uno! Porque no tengo un mísero euro, de lo contrario me metía yo mismo a productor...

    No te desanimes, mucha gente al otro lado de la pantalla del ordenador te comprende profundamente y te apoya moralmente. Adelante con la iniciativa del blog. Va a ser muy interesante.

    Saludos cordiales.

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    1. ¿Qué tal, Francisco? Desgraciadamente aun no tengo el suficiente poder como para financiar un proyecto de la envergadura del que aquí hablo, ni yo como único inversor ni a través del crowdfunding, que puede ser práctico para películas o documentales pequeños (un amigo acaba de producir uno a través de este medio y le está yendo bien). De una forma u otra, en breve estrenaré una película en la que yo mismo he participado como productor y de la que me siento muy orgulloso, además de un proyecto más pequeño que no he dirigido, sólo producido, y del que también espero cosas buenas. Quizás, si van tan bien como se pretende, pueda producir yo mismo este proyecto, que, ya lo he dicho, es bastante grande. Para que te hagas una idea, hace tres años que trabajo en él, haciendo parones para en producciones que ya están terminadas, una de ellas incluso estrenada en España y en el extranjero. Sin embargo, esta peli me está llevando por el camino de la amargura... ja ja ja... y eso que ya tengo firmada hasta la distribución, que hoy día es lo más difícil, independientemente de la calidad del producto.

      Bueno, la cuestión es que me alegro que te guste el blog. Recomiéndalo, porque soy nuevo en esto y creo que es buen medio para denunciar muchas cosas que en mi vida cotidiana he de callar si quiero continuar trabajando como hasta ahora. Y toda denuncia es buena si no es malintencionada, así que...

      Saludos igualmente cordiales

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  2. Hola Cineasta Indignado! No puedo por más que felicitarte por haber tenido la valentía de cagarte en todo lo que se menea, aunque sea a través del anonimato. Soy Realizadora, y al igual que tú, intento poder vivir de ésta profesión tan dura, pero tan apasionante a la vez. Al contrario que tú, yo no llevo tantos años: empecé tardía en esto hijo, que se le va a hacer. Pero dicen por ahí que no se me da mal, así habrá que creerles. A veces estas cosas pasan, las profesiones llegan tarde, pero no lo suficiente para no amarlas tanto o más que la gente que lleva tantos años en ellas. Para serte franca, me ha gustado leerte, y ver como, a pesar de ser un director con una gran trayectoria, tienes los mismos problemas que la mayoría de los que nos dedicamos a esto. Pero también te diré que me ha cabreado un poco. Cabreado, sí. Me he cabreado cuando has hecho alusión a aquellos cineastas de "medio pelo" que ruedan con una 5D, sin permisos, y sin equipos de 50 personas. Y es que, tú mejor que nadie lo sabrás, no es fácil rodar (que te lo digan a tí que tienes que ir detrás de un Productor para que te produzca de una puñetera vez tu película).
    Pues bien, hay veces que no queda otra. Y eso que no hablo de mí, ya que me dedico a otros menesteres audiovisuales, que me dan unos pocos menos quebraderos de cabeza (aunque los suficientes, no creas). Y unos muy pocos euros para poder vivir.
    He rodado tres cortos en mi vida. Tres. Y dos de ellos son de escuela. Aunque, (no voy a quitarme mérito), el 1º quedó 2º en un concurso entre más de 25, y el 2º el guión fue seleccionado para rodarlo entre más de 20. El tercer y último, el único que hecho porque quería, porque me apasionaba poder rodar un corto que no fuera entre las paredes de aquella escuela y rodeada de profesores, lo rodé yo sola, pidiendo a favores a todos mis compañeros, amigos, y familia, y gastándome parte del poco dinero que ganaba por aquel entonces, para dar de comer al mini-equipo que me ayudó en aquel momento, en gasolina para ir a buscar al mini-elenco de actores que me ayudó, y para pagar parte del material. Un corto que ni siquiera pude distribuir, a pesar de que había una distribuidora dispuesta a hacerlo y que creía en él. Porque, tal y como me dijeron, "es un corto que si bien no es redondo puede tener cabida en muchos festivales nacionales e internacionales". Y no pude. No pude porque no me podía permitir pagar ese dinero todos los meses. Mi corto, aquel corto que había rodado con toda la ilusión del mundo, se quedaba en el cajón de mi escritorio. Porque aquí todos sabemos que los Festivales tienen sus propias normas y si no vas con distribuidora es complicado. Así que como tú me comprenderás, después de aquella experiencia no he tenido el horno para cortos.

    Y me he cabreado al leerte porque, a veces no es tan fácil. No todos se pueden permitir rodar con una Epic, un equipo de 50 personas, y permisos para rodar. A veces no queda otra que tener que hacerlo así, en plan "colegueo", para poder tener algo con lo que demostrar que tienes talento para esto. Que no eres el hijo de fulanito, o el/la actor/actriz menganita que ya no actúa y ahora quiere dirigir. A veces es muy jodido, créeme. Y no sólo el haber llevado cafés, cargado con focos, y demás, que tú habrás currado lo tuyo, eso seguro. Es muy jodido que no te abran puertas, porque aquí ya está todo el pescao vendido.
    A mi me ha costado lo mío también, no creas. Muchos años puteada, con 2 curros y estudiando. Pero poco a poco todo va llegando.

    Así que, curiosamente, ahora si tengo la suficiente fuerza, ganas, e ilusión para volver a rodar un corto. Y no en plan "colegueo", no. Con una Epic, un equipo de unos... 20? (50 me parecen muchos), y permisos. Y no sé cuando será, pero pronto seguro.

    Mientras todo esto sucede, espero que ese Productor que tanto te está tocando los cojones, se preste a darte el dinero que necesitas para tu película. Que sin sabér quién eres, será un éxito seguro.

    Ánimo, compañero. Y paciencia, mucha paciencia.

    Te sigo por estos lares

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    1. Hola, ¿qué tal? De antemano, si te he ofendido, pido disculpas. De una forma u otra creo que no has captado lo que quería decir o, también es posible, que yo me haya explicado mal. El tema de la 5D lo trataré un día en profundidad, pues me parece una máquina con gran potencial y que puede servir de mucho a gente con talento que sepa explotarla. Naturalmente, cuando uno empieza, debe hacer lo imposible por rodar, a cualquier precio... y le pese a quien le pese... Si hacía alusión a este tema es porque conozco a mucha gente que me habla de directores de cine como si hubiese debajo de las piedras a patadas o crecieran como setas, cuando de lo que en realidad me hablan es de gente que quiere hacer cine y está trabajando en lograrlo; sé que puede parecer una tontería, pero es importante hacer distinciones. Yo, antes de rodar mi primer largometraje, hace ya, muchos años, había rodado más de cien cortos, muchos en vídeo, y un largo en un formato que, si te digo la verdad (¿beta?), no recuerdo. Puesto que era un largo amateur, sólo lo utilicé para conseguir financiación de la que sería mi ópera prima, y hasta que estrené en cines no me refería a mí mismo como director. En realidad esto es un tecnicismo sin demasiada importancia, porque lo que cuenta es lo que uno lleva dentro, y si tiene talento es porque ha nacido con él y punto, aunque luego se deslome para perfeccionarlo y así, a la hora de dedicarse al cine de forma profesional, pueda convertir sus defectos en virtudes. En ese punto tampoco hay que darle muchas vueltas; son apreciaciones, y cada uno puede hacerlas como crea conveniente. Intento basarme en la experiencia y opinar con sinceridad, nada más.

      Es más que evidente que hay que rodar como sea si no hay posibilidades para trabajar correctamente, sobre todo cuando hay pasión, pero ten en cuenta que hoy en día hay mucha gente que se aprovecha de la diversificación del medio y de los fantoches de turno, que no son sino marionetas del sistema y la fantasmada que ha llevado a grandes técnicos y artistas de nuestro cine al paro. Nadie más que yo respeta a la gente que, como tú, rueda un corto y lucha con él bajo el brazo. ¡Faltaría más! Y ojalá todo vaya bien. Ante todo, perseverancia.

      Por otra parte, yo soy partidario de que se empiecen a reducir costes a la hora de producir (reducir costes no significa tener a gente trabajando sin pagar o a participación), porque de esa forma podríamos conseguir avanzar en la industria y no vernos tan afectados por la crisis. Así que sólo puedo decirte que sigas tu instinto y si lo sientes luches con todas tus fuerzas, porque al final tendrás tu recompensa. La vida es larga, y siempre debe confiarse en esa suerte de equilibrio universal que rige todas las cosas haga que todos acabemos en nuestro sitio, para bien o para mal.

      Estaré encantado de que me sigas y compartir opiniones contigo.

      Un saludo

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